domingo, 23 de septiembre de 2018

La educación en Castilla y León


Hola a todos,

Bienvenidos un día más a “El arte de la educación”, en esta ocasión para tratar de dar mi opinión sobre los puntos fuertes y los puntos débiles del sistema educativo presente en Castilla y León. Esta opinión será reflexionada a partir de la lectura de un artículo del Norte de Castilla, escrito por Susana Escribano.

Para empezar, hay que destacar que el número de alumnos se mantiene, por lo general, de manera estable en cada una de las provincias. Sin embargo, es cierto que el éxodo rural sigue siendo un problema que afecta gravemente a los pequeños núcleos de población, en especial de ámbito rural, como se puede comprobar con el cierre de cuatro centros por el simple hecho de no llegar a un mínimo de cuatro alumnos matriculados, imprescindibles para mantener el centro educativo y sus intengrantes operativos.

En cuanto al tema de los idiomas, tengo que decir que la imposición del bilingüismo en un gran número de centros es una decisión muy acertada, más si tenemos en cuenta que se quiere imponer ya en infantil. Esto reforzará el aprendizaje y el manejo de un segundo idioma (en este caso el inglés) desde etapas muy tempranas en la vida. Eso sí, para que esto sea posible y se cumplan con los objetivos establecidos se debe contar un cuerpo docente lo suficientemente formado como para llevar a cabo este objetivo, ya sean profesores nativos (que actúen como complemento) como se menciona en el texto o profesores españoles que cuenten con la formación necesaria, un título que los acredite y un nivel adecuado para desempeñar su labor como docente bilingüe.

Por otro lado voy a tratar el tema de las recuperaciones en junio para realizar el examen de acceso a la universidad en julio. Sinceramente me parece algo desastroso, pues ese sistema de recuperaciones lleva vigente en la universidad desde hace tres años y en muchos casos no se puede decir que haya sido muy acertado. Es cierto que muchos alumnos preferirán quitarse sus correspondientes recuperaciones en junio, pero lo que no entiendo es cómo la gente que manda pretende que aquellos que cuentan con varias asignaturas o apenas una que le supone un gran problema traten de estudiarse todo en una semana, luego hagan el examen y después se pongan a estudiar todos los contenidos necesarios para realizar la prueba de acceso a la universidad.
Como ya he dicho, este sistema está vigente en mi antigua facultad (Facultad de Filosofía y Letras, Valladolid) tanto en el primer cuatrimestre como en el segundo. Y mi opinión es la misma, pues aquello que no has podido estudiarte en dos meses como mínimo (o que has estudiado, pero no has conseguido aprobar) no vas a conseguir aprenderlo en apenas una semana entre la primera convocatoria y la segunda.

En lo que sí estoy de acuerdo es en la imposición de un único examen para todas las comunidades autónomas, evitando así la variación de complejidad entre unos exámenes y otros. Una prueba de acceso que sea igual para todos sería la manera más justa de acceder a los estudios universitarios.

Esta es mi opinión sobre el artículo del Norte de Castilla. Un saludo.

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