Hola a todos,
Bienvenidos un
día más a “El arte de la educación”, donde trataremos en esta ocasión el tema
de los orientadores, tutores, asesores… La actividad consiste en intentar
definir en qué consisten las siguientes profesiones que mencionaré a
continuación, pensar si podría añadir alguna más a la lista y diseñar un
proyecto formativo para mí o para alguien en concreto, con el fin de que se
conviertan en alguien que desempeñe alguna de esas profesiones.
Son cinco las
profesiones que se nos ha propuesto analizar, concretamente: coach educativo,
tutor, orientador, asesor e “influencer”. ¿Qué tienen todas estas profesiones
en común? Que en todas ellas se tiene como objetivo influir en alguien,
transmitirle una serie de valores e ideas que sean capaces de transformarnos en
modelos a seguir para esas personas. Además, profesiones como la de tutor y
orientador cuentan además con el objetivo de ayudar a los alumnos o a cualquier
persona que tengamos a nuestro cargo a escoger la elección más adecuada para su
futuro, cercano o lejano, en base a las experiencias que ellos mismo nos
cuentan, ofreciendo una serie de consejos meramente orientativos que después
pueden ser seguidos o no. Es decir, en este apartado se vuelve la vista a lo
comentado en la anterior entrada, que si no has leído te recomiendo que le
eches un vistazo (te dejo aquí el enlace).
En cuanto al
poder añadir alguna opción más similar a la lista yo creo que no, o por lo
menos a día de hoy, cuando estoy redactando esta entrada, no se me ocurre
ninguna profesión o similar que pueda incluir dentro de esa lista.
Respecto al
proceso formativo, lo voy a escribir como si fuera para mí mismo, con el fin de
llegar a convertirme en tutor. Ser tutor es algo muy complejo. Ser tutor
significa tener un grado de responsabilidad aún mayor con tus alumnos, pues no
eres un profesor más, eres esa persona con la que van a hablar tus compañeros
de profesión sobre un alumno en concreto, eres esa persona a la que tus alumnos
van a transmitir sus problemas e inquietudes y eres esa persona que llevará
colgada del pecho la tarea de ayudarles en todo lo que puedas y la tarea de
orientarles cuando la situación así lo requiera, bien en un problema menor o,
por ejemplo, a la hora de decantar sus estudios del lado de las ciencias o de
las letras, una decisión que bien puede marcar sus futuro (o no). Lo primero es
tener ganas, estar motivado para algún día llegar a ser tutor y lo segundo es
leer, leer mucho respecto al tema de la orientación y apoyarte en tus
compañeros de profesión, en aquellos que ya actúan o han actuado como tutores,
para tomar ideas o resolver dudas que se te planteen. Pero lo más importante es
eso, tener vocación y saber que seguramente algún día tengas a tu cargo una
clase entera y que tus alumnos dependerán, probablemente, de ti y de tus consejos
o ayuda.
Eso es todo por
hoy, nos vemos!
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